La segunda jornada de retroalimentación, se celebró en torno a la Equidad de Género, promoviendo una reflexión en torno al ODM 3.
PARA SEGUIR REFLEXIONANDO SOBRE LOS ODM
Fuente:
http://dynamic.unv.org/infobase/facts/04_05_20DEU_MDG_3_ph_sp.htmODM 3: Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer
Meta: Eliminar las desigualdades entre los géneros en la enseñanza primaria y secundaria
Para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) se necesitará el ingenio, la solidaridad y la creatividad de millones de ciudadanos de a pie mediante la acción voluntaria. Los esfuerzos llevados a cabo por los gobiernos nacionales, con el apoyo de la comunidad internacional, solamente pueden complementar lo que en última instancia dependerá de la plena participación de las gentes de todo el mundo. Seis mil millones de personas tienen algo que aportar, y reconocer este hecho es el primer paso en el camino hacia un mejor aprovechamiento de este amplio recurso en un esfuerzo global para alcanzar las metas fijadas en los ODM.
Fuente:
http://www.americalatinagenera.org/tematica/odm.phpLos Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) suponen un respaldo político sin precedentes al impulso compartido de procesos de desarrollo centrados en las personas, en su bienestar y libertad. Los ocho ODM –concretos, medibles y exigibles- tienen su origen en la Declaración del Milenio (septiembre de 2000) donde se formulan las prioridades de desarrollo para el siglo XXI, prioridades que hunden sus raíces en el mismo marco filosófico que inspira los Derechos Humanos.
En la Declaración del Milenio, la igualdad se considera uno de los 6 valores indispensables para las relaciones internacionales en el siglo XXI: “No debe negarse a ninguna persona ni a ninguna nación la posibilidad de beneficiarse del desarrollo. Debe garantizarse la igualdad de derechos y oportunidades de hombres y mujeres.” La Declaración señala la promoción de la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer como medios eficaces para combatir la pobreza, el hambre y las enfermedades y de estimular un verdadero desarrollo sostenible. En este documento, se apuntan como dos de los principales desafíos internacionales la lucha contra todas las formas de violencia contra la mujer y la aplicación de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.
De los ocho ODM formulados, con sus correspondientes metas e indicadores, el ODM 3 "Promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer" se refiere explícitamente a la equidad de género.
Sin embargo, tal y como se ha señalado repetidamente, la existencia de un objetivo específico no quiere decir que no haya que tomar en cuenta la dimensión de género en los otros siete objetivos. Numerosas voces han señalado la “ceguera de género” de los ODM y la ausencia de temas clave como la violencia de género o los derechos sexuales y reproductivos. El reto de transversalizar el enfoque de género en los ODM se presenta como insoslayable en términos de eficiencia y sobre todo, en aras de la consecución de una efectiva equidad de género. En ese sentido, se han producido numerosos esfuerzos a nivel global y en la región latinoamericana por incorporar la perspectiva de género en todos los objetivos.
Como se plantea en la campaña por los objetivos del milenio, “las sociedades donde las mujeres gozan de mayor igualdad tienen muchas más posibilidades de alcanzar los Objetivos del Milenio para 2015. Cada Objetivo individual está directamente relacionado con los derechos de la mujer, y las sociedades donde las mujeres no gozan de los mismos derechos que los hombres jamás podrán alcanzar el desarrollo de manera sostenible”.
¿Pero cómo hemos avanzado desde el 2000 en el logro de los ODM y concretamente del ODM 3 en la región latinoamericana? Según el Informe 2005 preparado para la Cumbre del Milenio, “la igualdad entre los géneros implica igualdad en todos los niveles de la educación y en todos los ámbitos de trabajo, el control equitativo de los recursos y una representación igual en la vida pública y política”. En la región latinoamericana, a diferencia de otras regiones del mundo, se ha alcanzado la igualdad en la tasa bruta de matriculación primaria de las niñas con respecto a los niños e incluso hay más niñas que niños matriculados en la educación secundaria. También ha aumentado de manera considerable la presencia de mujeres en empleos remunerados no agrícolas, ocupando más del 40% de los puestos de este tipo. Sin embargo, las mujeres ocupan puestos de trabajo peor remunerados y menos estables y siguen cargando con la mayor parte del trabajo no remunerado (fuera y dentro del hogar). Los hombres siguen dominando la adopción de decisiones en los Parlamentos, aunque gracias a la introducción de acciones afirmativas en 17 países de la región latinoamericana la representación de la mujer en los parlamentos ha alcanzado el 19%.
En la Cumbre Mundial (2005 World Summit Outcome) celebrada en 2005 se volvió a reiterar el compromiso mundial con la igualdad de género y la eliminación de todas las formas de discriminación: “Se llama a los Estados a continuar sus esfuerzos para erradicar políticas y prácticas que discriminan a las mujeres y a adoptar leyes y promover prácticas que protegen los derechos de las mujeres y promueven la igualdad de género”. En la declaración extraída de esta cumbre, se apunta como marco de referencia indiscutible la Plataforma de Acción de Beijing y entre algunos de los temas que se señalan para enfocarse especialmente en los próximos años destacan la salud reproductiva, el acceso a bienes y viviendas, la violencia contra las mujeres, su participación política y la importancia de incorporar la perspectiva de género en la elaboración, la aplicación, la vigilancia y la evaluación de las políticas y los programas en todas las esferas políticas, económicas y sociales.
Recomendaciones para incorporar género en los ODM
El Grupo sobre Educación e Igualdad de Género sugiere a los gobiernos nacionales añadir metas al ODM 3, entre los que incluyen:
Asegurar el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva a través del sistema de salud de atención primaria.
Eliminar la desigualdad de género en el acceso a los bienes y al empleo
Lograr el 30% de los escaños para mujeres en los parlamentos nacionales
Reducir a la mitad la prevalencia en el ciclo de vida de la violencia contra las mujeres
También recomienda añadir otros indicadores para medir los avances en este objetivo:
Tasas de finalización (y no sólo de matricula) para la escuela primaria y secundaria
Indicadores económicos como las brechas de género en los ingresos, las tasas de desempleo desagregadas y la segregación ocupacional por sexo
Tasas de prevalencia para la violencia doméstica en el pasado año.
El Grupo también sugiere añadir un indicador específico de género en todos los indicadores de todos los objetivos y metas. Sin embargo, una reciente revisión de los informes de ODM nacionales hecha por el PNUD, señala que añadir más indicadores para cada meta, aunque resultaría ideal, no es factible debido a la capacidad de los países y a las limitaciones para la obtención de datos. En lugar de eso, este informe recomienda proveer datos desagregados por sexo e información cualitativa en temas de género en cada uno de los objetivos y metas y da algunas sugerencias prácticas de cómo hacerlo:
Involucrar a grupos de mujeres y especialistas en género en las consultas de todas las metas
Apoyar estudios independientes usando metodologías participativas para recolectar información cualitativa en dimensiones de género claves de los objetivos y las metas
Compartir los informes borrador con especialistas de género independientes para su revisión
Apoyar los esfuerzos para sensibilizar a los responsables de estadísticas involucrados en la recopilación y procesamiento de datos para el monitoreo de los ODM sobre las dimensiones de género de cada uno de los indicadores de los objetivos
Apoyo para la recopilación de datos desagregados por sexo
Proveer formación para los equipos de país y otros involucrados en los procesos de realización de los informes de los ODM.
Fuente:
http://teoriasdeldesarrollo.blogspot.com/2009/03/crisis-financiera-y-crisis-de-los-odm.htmlCrisis financiera y crisis de los ODMEn el año 2000 se firmó el acuerdo internacional de orden social más importante en la historia reciente: los
Objetivos de Desarrollo del Milenio -ODM-. La Organización de las Naciones Unidas logró fijar la pauta de las políticas sociales para enfrentar la pobreza y la desigualdad mundiales. Desde entonces,
las cifras venían mostrando logros en reducción de pobreza extrema, mortalidad infantil, educación y agua potable. No obstante, el crecimiento económico no estaba acompañado de disminuciones sustanciales en desigualdad y la ayuda internacional seguía siendo materia pendiente.
Ahora, la crisis financiera es también crisis de los ODM dado que sus consecuencias en la dinámica económica global repercuten directamente en variables determinantes de pobreza tales como oportunidades para la generación de ingresos, restricciones fiscales de los gobiernos, menores remesas y estancamiento del comercio.
El oscuro panorama económico hace que la política social pase de nuevo a un nivel inferior en las prioridades de la deliberación de políticas públicas dando lugar a una focalización inversa de la intervención de los gobiernos: en aras de la estabilidad, las empresas del sector financiero y las empresas vehiculares se convierten en el receptor de la financiación estatal en tanto que la erradicación de la pobreza parece que puede seguir esperando.
En el marco del
Foro de la Unesco celebrado la semana pasada, el director del Informe de Desarrollo Humano,
Kevin Watkins aseguró que la crisis de los ODM representa un desafío para los líderes políticos de los países ricos y para las agencias internacionales de desarrollo haciendo alusión a la imperiosa necesidad de destinar recursos de cooperación internacional para cumplir con los ocho objetivos globales.
Con el fin de contrarrestar la focalización inversa señalada arriba, los líderes políticos de nuestras sociedades pobres también tienen los desafíos de exigir la atención económica internacional y de garantizar una política social que ocupe el primer lugar de las decisiones para enfrentar las crisis actuales.